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Jueves 5 de enero 2012


2012 ¿EL FIN DE LA ERA CHAVISTA?

Por Hernán Maldonado

Ha empezado 2012 con la pregunta que se hacen millones de personas: ¿Acabará este año el gobierno de Hugo Chávez?

Venezuela está convocada para acudir a las urnas el 7 de octubre. Chávez buscará una nueva reelección ante el candidato de la unidad opositora que será elegido en unas primarias el 12 de febrero.

Chávez asegura haberse curado de cáncer (nadie sabe de qué clase) y se propone ganar por KO a su adversario. Vaticina que acumulará 10 millones de votos de un caudal electoral de 18 millones.

Las encuestas más serias estiman que el candidato opositor que emerja de las primerias tiene "altísima" posibilidad de derrotarlo, dada la ineficacia y el natural desgaste del régimen autoritario que ya va para su 14to año de gestión.

Pero el arma más poderosa que tiene Chávez para eternizarse en el poder es el torrente de dinero capaz de doblegar conciencias. Nada nuevo en la política venezolana.

Cuando asumió el gobierno el barril de petróleo costaba $12, ahora ronda por más de $100. El presupuesto nacional está basado en un barril a $40 o sea que el resto corre a gusto del mandamás.

Chávez ha dispuesto en estos 13 años de más dinero que todos los gobiernos democráticos en 40 años y casi no hay obras de infraestructura, escasean hospitales y escuelas y las industrias básicas están virtualmente en quiebra.

¿Dónde está la fabulosa riqueza? Además de haberse ido en corrupción, los millonarios obsequios a países aliados, Chávez paga por las "nacionalizaciones". Hace un mes canceló $600 millones a una empresa cementera mexicana. Ahora deberá pagar $908 millones a la Exxon-Mobil, según dictaminó un tribunal arbitral.

Además la riqueza se va en multimillonarias importaciones de productos de primera necesidad, tras el fracaso de las expropiaciones a decenas de fundos productivos. El litro de gasolina en Venezuela es más barato que cuarto litro de agua embotellada.

Otro drenaje colosal está en las becas, subsidios, prebendas, asistencias. Un millón de empleados públicos innecesarios son caudal electoral chavista y millones más de pobres a los que Chávez convirtió en mendigos.

Estos son votos seguros, porque sin esfuerzo alguno tienen para el mendrugo de pan, la cervecita del fin de semana. No importa que sigan viviendo en ranchos o que sus hijos no vayan a la escuela. Son los que por miles, a la primera convocatoria, salen a las calles a gritar: "Uh Ah, Chávez no se va".

Me pregunto ¿cuántos de la clase media y de más arriba también no quieren que se vaya Chávez? Este pasado fin de año unos 500.000 venezolanos viajaron desde y a su país disfrutando de las ventajas del dólar preferencial de 4.30, cuando el real está a $9.30 Chávez, además, está regalando cocinas, refrigeradores, televisores, lavadoras, etc. por miles, además de reactivar su campaña de vivienda propia. Angurriento de poder, no será raro que ordene repartir dinero en las esquinas.

Tras la primera bonanza petrolera, en 1978, Carlos Andrés Pérez también repartió dinero a diestra y siniestra respaldando la candidatura de Luis Piñerúa Ordaz y aún así, el elector venezolano prefirió elegir al opositor Luis Herrera Campíns.

¿Ocurrirá esta vez lo mismo? Muchos creen que si y no faltan los que piensan que el cáncer será el que elegirá por los venezolanos. Amanecerá y veremos.