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Sábado 6 de agosto del 2016


VENEZUELA: EL DIFICIL CAMINO A LA LIBERTAD

Por Hernán Maldonado

"El pueblo unido, ¡jamás será vencido!" corean las multitudes en las calles al exigir que se cumpla la ley y el Consejo Nacional Electoral (CNE) anuncie, finalmente, la fecha del referendo revocatorio que tiene el objetivo de liquidar por la vía electoral al despótico régimen de Nicolás Maduro. (¿No será que sus líderes son los que tienen que unirse?)

Pero el CNE, un apéndice de la dictadura chavista, no escucha el clamor y ya lleva un retraso de 150 días para que el proceso llegue hasta la recolección de las firmas de unos 4 millones de electores para que después pueda fijar la fecha de la consulta popular.

Las cuatro rectoras del CNE, recalcitrantes chavistas, apelan a un sinfín de excusas para atrasar el proceso. Cuando convocaron a recoger firmas rechazando la decisión del Departamento del Tesoro de Estados Unidos de investigar a siete altos funcionarios por narcotráfico, las casi 12 millones de firmas fueron contabilizadas en un santiamén, pero ahora se tomaron casi cinco semanas para avalar menos de la décima parte de ese total.

A todas luces, el régimen busca impedir el referendo o que, de realizarse, se lo efectúe después de diciembre. En este caso, Maduro podría ser revocado, pero su vicepresidente asumiría el cargo y no habría nuevas elecciones. El chavismo seguiría en el poder.

Los líderes de la oposición aseguran que no permitirán más abusos del CNE y están convocando a una gran marcha nacional en Caracas para el 1 de septiembre. Hasta esa fecha deberá saberse cuándo los venezolanos serán convocados a las urnas. Hay quienes piensan que la presión de la calle hará que se respete el deseo del electorado.

Si se realiza el referendo el 2016, es inevitable la derrota de Maduro, cuya popularidad está en un 16%, inclusive para encuestadoras que siempre han estado del lado oficialista. Pero Maduro y sus apandillados afirman todos los días que NO habrá revocatorio y acusan a la oposición de fraude en la recolección de las primeras 240.000 firmas, aunque se recogieron casi un millón, muy por encima de lo exigido.

La situación política, económica y social en Venezuela es dramática. La escasez de alimentos y medicinas es pavorosa. Los hospitales denuncian la muerte de recién nacidos o de enfermos de cáncer por falta de medicinas. Las colas son enormes por un paquete de arroz o un kilo de azúcar. La inseguridad ha puesto al país en el primer lugar mundial. Solo en Caracas en julio se produjeron 535 asesinatos.

Cuando ya doblamos la mitad del año, pienso que el camino a la libertad se pone cada vez más difícil en Venezuela. El régimen cuenta con el corrupto alto mando militar. El ex jefe de la poderosa Guardia Nacional (policía militarizada), Gral. Nestor Reverol, acaba de ser requerido por la justicia estadounidense para que responda por cargos de narcotráfico. Maduro lo que ha hecho fue nombrarlo ministro del Interior.

Personalmente creo que, a menos que se produzca una presión popular, movilizaciones callejeras, huelgas organizadas, el régimen no convocará al referendo y, peor todavía, pueda que posponga hasta el 2017 las elecciones para gobernadores, que deberían realizarse en diciembre.

El gran problema de la oposición es que no hay un liderazgo único, sino colectivo y 24 cabezas casi nunca se ponen de acuerdo. Hay quienes propugnan el referendo hasta su final, otros por un diálogo y también están los que creen que es hora de salir a la calle y luchar abiertamente contra el régimen, cueste lo que cueste.

A que esas discrepancias es que apuestan los chavistas. No se van a ir del poder fácilmente. Saben que empezando por Maduro, todos van a ser enjuiciados y van a terminar en la cárcel por sus horrendos crímenes y latrocinios, por haber despilfarrado una colosal fortuna como jamás tuvo Venezuela en los 40 años de democracia desde la caída de Marcos Pérez Jiménez. Amanecerá y veremos.