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Jueves 21 de febrero 2013


VENEZUELA CERCA DE LA HORA DE LA VERDAD

Por Hernán Maldonado

La incertidumbre no puede alargarse más. El presidente Hugo Chávez se muestra públicamente o quienes ahora gobiernan Venezuela en su nombre se verán en graves problemas.

Día que pasa es día en que crece la sospecha de que el teniente coronel ya no se encuentra en capacidad de gobernar debido al cáncer que padece desde junio del 2011.

Tras fracasar la radiación y la quimioterapia, Chávez viajó el 9 de diciembre pasado a Cuba para una cuarta operación. Oncólogos en Venezuela y Estados Unidos opinaron que la cirugía era solo para atenuarle los dolores.

Nadie, excepto su círculo íntimo, ha vuelto a verlo ni oirlo desde ese día. La semana pasada, ante la presión estudiantil ante la embajada de Cuba en Caracas, el gobierno mostró fotos de Chávez junto con sus hijas. Expertos opinaron que eran fotomontajes.

Algunos médicos dijeron que el robusto Chávez mostrado contradecía informes de que había perdido hasta 32 kilos tras permanecer 40 días en terapia intensiva.

La madrugada de este lunes, al persistir la presión estudiantil para que Cuba mostrara a su presidente, Chávez regresó a Caracas de incógnito. El periodista Nelson Bocaranda, que fue el primero en revelar la enfermedad, dijo que había sido traído sedado.

El diario ABC de España, cuyos anteriores informes resultaron ser ciertos, informó que los médicos resolvieron que Chávez fuera repatriado tras informar a sus familiares de que ningún tratamiento es ya de utilidad.

El oficialismo organizó manifestaciones populares de bienvenida y los medios gubernamentales están empeñados en un endiosamiento del líder. “Está mandando como un dinamo”, afirma el canciller Elías Jaua.

Como ocurrió en diciembre en La Habana, su colega boliviano Evo Morales se empeñó en visitarlo, pese a que le dijeron que no podría verlo. Solo pudo saludar a sus hijas.

En Cuba tampoco lo vieron, Rafael Correa, Ollanta Humala, Lula da Silva y Cristina Kirchner, entre otras personalidades. Fue extraño que la presidenta argentina se despidiera con un “Hasta siempre”, el título de la canción que le dedicara Carlos Puebla, al extinto Che Guevara.

Los que gobiernan a su nombre incurren en serias contradicciones. El vicepresidente Nicolás Maduro afirma que recibe instrucciones directas, mientras el ministro de Información, Ernesto Villegas, dice que no puede hablar por una cánula traqueal.

Muestran documentos firmados por Chávez con trazos impecables e idénticos, algo que los expertos creen imposible tratándose de un enfermo salido de una extensa terapia intensiva.

Teodoro Petkoff, ex ministro, veterano socialista y director del diario Tal Cual, cree que Chávez gobernará hasta que le quede el último aliento por la sencilla razón de que Maduro, ni ningún otro, sería capaz de tomar decisiones por iniciativa propia mientras su jefe esté vivo.

La última medida ha sido una devaluación del 32% de la moneda nacional que está causando enorme malestar en el país. Precisamente este sábado un importante sector opositor convocó a una concentración “para oponerse a la devaluación en las calles”.

Mientras tanto renombrados juristas están exigiendo la juramentación de Chávez por haber desaparecido las causas que hicieron que el Tribunal Supremo de Justicia produjera el 9 de enero el infame fallo alargando el anterior periodo presidencial, postergando su juramentación hasta cuando regresara a Venezuela.

Contrariamente a quienes piensan que Chávez ya es historia yo creo que, aunque físicamente impresentable, tiene algunos momentos de lucidez durante los cuales gira instrucciones, así sea por señas, como dice su yerno Jorge Arreaza, ministro de Ciencia y Tecnología.

Lo digo apoyándome en las aseveraciones de ABC y básicamente en declaraciones del médico José Rafael Marquina, que ha seguido de cerca la enfermedad, quien afirma que la mayor parte del tiempo Chávez está bajo poderosos sedantes para controlar los terribles dolores del cáncer terminal. Amanecerá y veremos.