Tierra Lejana-- Página de Hernán Maldonado




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Domingo 2 de marzo del 2008


¿QUE CREES QUE VA A PASAR?

Por Hernán Maldonado

"Y ahora, ¿qué crees que va a pasar?, me preguntan con ansiedad algunos amigos y compatriotas que de cuando en cuando alebrestan mi "egoteca" recordándome cosas que escribí alertando que iban a ocurrir y se han cumplido. Obviamente se refieren a lo que pasó el pasado fin de semana en La Paz.

En verdad, cuando escribí hace seis años que el teniente coronel Hugo Chávez no pasaría de ser otro dictador más, o cuando adelanté el fracaso de la política pro-marítima de Hugo Bánzer, de la pusilanimidad política de Jorge Quiroga o pronostiqué los rotundos fracasos de la selección boliviana para los mundiales de fútbol, entre otros "aciertos periodísticos", no lo hice como adivino, sino como un viejo observador.

Y es que en Latinoamérica las conductas son repetitivas. Muchas cosas que ocurren hoy ya las viví hace una montaña de años. El chavismo, por ejemplo, es en gran medida una pésima copia del populismo peronista de los años 50. El gobierno de Evo Morales es un burdo remedo del movimientismo de 1952-56.

En aquellos años también "gobernaban" en Bolivia los movimientos sociales. Mineros y campesinos sentaban su ley en plazas y calles apaleando a opositores, acallando a gritos en el Congreso las intervenciones de los únicos tres diputados falangistas, injuriando a la Iglesia Católica o asaltando haciendas y periódicos "oligarcas", como Los Tiempos, de Cochabamba.

En las élites gobernantes no había ignorantes, sino astutos políticos que convirtieron a los siervos del campo en sus pongos. Miles de campesinos pasaron de la gleba a la esclavitud política. Eran acarreados de ciudad en ciudad para demostraciones de fuerza. Con Genaro Flores, hasta que una bala lo dejó inválido, el campesinado tejió sus propias banderas. Pero la "relocalización" minera de los años 80 dio origen al movimiento cocalero (de la mano de Filemón Escobar) y allí nació la vanguardia sindical que dejó atrás a la que por décadas encabezó el sector minero en el obrerismo boliviano.

Ahora ese movimiento en función de gobierno lo que ha hecho, por falta de ideología propia, es copiar la peor cara de la revolución chavista. La del abuso, el atropello a la ley, el incumplimiento de la palabra empeñada, las falsas promesas, la emboscada aleve, la amenaza impune, la mentira flagrante, etc, todo en el nombre del pueblo.

Lo ocurrido en Sucre y en Oruro con la aprobación clandestina e inconstitucional de la nueva Constitución Política del Estado, mostró el rostro miserable de quienes hoy nos quieren hacer creer que gobiernan el país. Pero la gota que rebasa el vaso es la aprobación violenta e ilegal de la convocatoria a los referendos oficalistas que vimos el último jueves en La Paz.

El señor Morales y el grupúsculo que le acompaña han optado por el camino de la violencia y ya sabemos qué es lo que les ocurre a los que siembran vientos. El presidente (que en el exterior aparece como el sumiso "indiecito al que quieren tumbar") promulgó altivo y soberbio las leyes írritas como desafiando a la mitad del país a ver quién es el más guapo con la pistola, el chicote y la cachiporra.

Así que a los que me preguntan lo que creo que pasará, les puedo advertir que horas negras le esperan al país. Lo que más duele es que la grave situación planteada se da en momentos en que Bolivia pasa por uno de sus mejores momentos en cuanto a sus exportaciones no tradicionales, con buenos precios de sus minerales y una demanda externa de hidrocarburos que es apabullante. Dios nos coja confesados, pues.





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