Regreso al comienzo

Domingo, 18 de enero de 1998


PIEDRA Y PALABRA SUELTA NO TIENEN VUELTA

Por Hernán Maldonado
Especial para la Agencia de Noticias Fides


A veces de las palabras se pasa a los hechos y todo como si nada. Ahí están, por ejemplo, esas exhortaciones de dos diputadas oficialistas a tomar por la fuerza una radioemisora, las agresiones a policías y periodistas. A la vuelta de unas horas, las mismas cabecillas de la poblada, son premiadas con el nombramiento de uno de sus conmilitones como Alcalde de La Paz…

Miami, enero - La guerra verbal desatada entre altos políticos bolivianos, con débiles atisbos de tregua, ya tiene un gran perdedor: el país.

Como ocurre en toda guerra, nunca se sabrá a ciencia cierta quién tiró la primera piedra. Quizás fue el propio Gonzalo Sánchez de Lozada, que apenas unos meses antes de dejar la presidencia de la república se enfrascó en una polémica con dirigentes del MIR, cuyo líder y ex presidente Jaime Paz Zamora le enrostró el calificativo de "cabrón".

Resultaba penoso digerir que el hombre que ayer nomás recibía en Washington el más clamoroso aplauso en la Organización de los Estados Americanos, en nombre de Bolivia, fuera calificado de esa forma por un rival político. Paz Zamora, empero, no era la excepción. Peores fueron los adjetivos que le dedicó a Sánchez de Lozada, en plena campaña electoral, el alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa.

En un país donde parece ser deporte nacional citar artículos y leyes, ningún fiscal recordó que de oficio, según el Código Penal, debía proceder al enjuiciamiento del agresor, no del señor Sánchez de Lozada, sino del ciudadano presidente constitucional de república.

Otro penoso incidente fue el protagonizado en los días finales del anterior régimen, cuando en la cámara de senadores, el honorable Leopoldo López agredió de palabra y obra, torpemente, al presidente nato del Congreso, Víctor Hugo Cárdenas. Esa conducta, en "vivo y en directo" por la televisión nacional e internacional, aparentemente fue tan meritoria que el nuevo gobierno le premio con el Ministerio de Trabajo.

Al honorable Tito Hoz de Vila, que empapeló Cochabamba con su propaganda electoral que rezaba: "Este hombre va de frente y da la cara", el nuevo régimen lo premio con el Ministerio de Educación. Es paradójico que haya llegado a ese cargo tras hacer lo que está prohibido a los escolares y colegiales del país: chanchullo o plagiar. Ocurre que esa consigna no era nada original. Fue la frase clave para la victoria de Carlos Andrés Pérez en 1973 en Venezuela.

Ahora el mismo Hoz de Vila se lanzó como un desaforado contra el ex vicepresidente Víctor Hugo Cárdenas. Tan escandalosas fueron las palabras que utilizó, que el propio presidente Hugo Banzer Suárez se alarmó al punto de convocarlo a su despacho, tras lo cual el ministro de Eduación, decidió pedir disculpas, pero ya miles de estudiantes habrán incorporado a su léxico términos tales como "llevamaletas, llunku", etc.

Y esto que se produce al más alto nivel, se "enriquece" en los escalones intermedios. A veces de las palabras se pasa a los hechos y todo como si nada. Ahí están, por ejemplo, esas exhortaciones de dos diputadas oficialistas a tomar por la fuerza una radioemisora, las agresiones a policías y periodistas. A la vuelta de unas horas, las mismas cabecillas de la poblada, son premiadas con el nombramiento de uno de sus conmilitones como Alcalde de La Paz…

Podría pensarse que estos hechos son domésticos y no merecen mayor atención, pero ocurre que con la globalización de la información, esto que apenas hasta hace poco pasaba de Viacha, ahora llega a los rincones más apartados del planeta. Los que vivimos en Estados Unidos, a través del Canal Sur vemos diariamente los informativos de Bolivisión, y como nosotros otros millones de televidentes a lo ancho y largo del continente, a los que ciertamente nuestros políticos están dando una pésima impresión.