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Martes 18 de agosto de 1998


EL PERIODISMO MORBOSO
GANA MAYOR TERRENO

Por Hernán Maldonado
Especial para la Agencia de Noticias Fides


Miami – La feroz competencia entre los medios, la irrefrenable carrera por los "ratings", las exigencias del mercado, el afán por vender, están opacando la misión principal del periodismo que no sólo es la de informar, sino la de formar y educar.

El lunes por la noche el hombre más poderoso del mundo, Bill Clinton, presidente de los Estados Unidos admitió haber tenido "relaciones inapropiadas" con Mónica Lewinsky, para muchos la verdad había triunfado. Pero desde el punto de vista ético, los grandes perdedores fueron el propio Clinton y la prensa estadounidense y tras ella la prensa mundial que siguió este asunto como el teleculebron del momento.

A comienzos de la década de los 60 y con una prensa menos sensacionalista, las indiscreciones del presidente Kennedy pasaron por alto. Lo que ocurría alrededor del caso merecía a lo sumo un silencio cómplice porque se entendía que el problema era más del entorno familiar que público.

En el caso Clinton la prensa, durante siete meses desde que salió a luz pública el escándalo, se dio un banquete sazonado con detalles en los que lo único que faltó fue describir el color de los calzoncillos del presidente aquél día en que Mónica había guardado el famoso vestido azul con las huellas del orgasmo de su ilustre amante.

Morbo, puro morbo. De comienzo a fin y todavía falta. ¿O alguien cree que no se van a escribir libros sobre esto?

Cuando todo empezó, las grandes cadenas de televisión y los grandes diarios de este país, se encontraban en Cuba tras un millonarísimo desplazamiento de hombres y equipos, para cubrir la histórica visita del Papa Juan Pablo II a uno de los últimos bastiones del comunismo.

Su Santidad apenas había puesto el pie en La Habana, cuando toda esa gran prensa salió disparada de regreso a Estados Unidos. Más periódicos podían venderse y más publicidad de televisión podía contratarse con un escándalo como el que salía a luz, que llevar al mundo la palabra de conciliación y amor del Papa en un país dividido por el odio desde hace 40 años.

Los viejos valores del periodismo se derrumbaron ante el "mercado". El poderoso Don Dinero mandó otra vez.

Si esto ocurre en un país con los medios de comunicación más avanzados del mundo, hay que imaginarse qué pasa en el resto.

En realidad no es necesario, uno lo ve todos los días. Ahí está el Telenoticiero Nacional de Colombia con imágenes de la última emboscada guerrillera y la veintena de cadáveres despanzurrados. Telenoche de Argentina, con su reportero mostrando los huecos por donde ingresó la bala en la cabeza de un taxista asesinado en Buenos Aires.

Ahí esta la Tele Journal de Brasil exhibiendo cómo un policía mata a un menor de edad en una calle de Río de Janeiro. O Televen de Venezuela mostrando como un francotirador policial le revienta la cabeza como una calabaza a un delincuente que asía a una rehén con la boca de un revolver en la sien de ésta.

En Bolivia, cuando en 1969 murió en un accidente aéreo el presidente René Barrientos Ortuño, un respetable periódico de La Paz pidió disculpas a sus lectores no sólo por haber publicado la foto del general calcinado, sino por un reportaje sobre la herencia que dejó y que hacía alusión a una relación extramatrimonial.

Pero esos tiempos ya pasaron. Ahora la televisión difunde entrevistas a menores de edad que ha pasado por el calvario de la violación y de paso el entrevistador tiene la desfachatez de preguntarles si les dolió...

Hace más de dos años, cuando murió el líder de Unión Cívica Solidaridad, Max Fernández, un canal de televisión dio la "primicia" con la imágenes captadas instantes después del accidente aéreo. La desesperación de los pobladores de Uncía de tratar de apagar con cerveza, a falta de agua, los todavía humeantes restos del malogrado líder, fueron presentados como un logro periodístico de primera magnitud.

Otro tanto ocurrió con la reconstrucción del suicidio del futbolista Ramiro Castilllo. Para completar el disparate, el fiscal obligó a la sirvienta a abrazarse al individuo que fungía como el difunto y a llorar como lo hizo la noche del desgraciado suceso cuando encontró a su patrón colgado de las gradas de su casa.

Y todo esto en vivo y en directo...