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Domingo 19 de junio del 2016


LA IRRESPONSABLE POLITICA EXTERIOR

Por Hernán Maldonado

Jamás en la Historia de Bolivia un hombre se ha mantenido más de una década como canciller sin más méritos que los de su obsecuencia al máximo caudillo, Evo Morales Aima, de quien, David Choquehuanca, dice, que es la "luz que ilumina el continente" y "la esperanza para salvar al planeta".

Bolivia jamás se ha caracterizado por tener un servicio exterior de primer nivel, pero nunca ha tocado fondo como con la administración actual con embajadores cuyo "mérito" es ser indígena, militares jubilados a los que se les paga su lealtad perruna y hasta algunos empresarios a los que el gobierno les debe favores.

Por eso no es raro ver un embajador asistente a las reuniones de la OEA ensombrerado hasta las orejas o aquella pareja que en Bruselas asistió a una recepción social de etiqueta, vistiendo el traje típico de los caporales. Y, claro, también está el embajador en la ONU al que se lo "premió", por mantener la boca cerrada, tras la masacre de los indígenas del TIPNIS en Chaparina.

La desbordante propaganda oficial le hace ver cosas irreales a la ciudadanía llenándola de esperanzas. Al respecto, habría que preguntarse ¿qué sabrá el abogado de Bolivia ante la Corte de la Haya, el español Antonio Remiro Brótons, que el pasado fin de semana recomendó a Bolivia y Chile reemprender el diálogo bilateral para superar sus diferencias limítrofes, pese al litigio jurídico ante la Corte?

Obviamente la sugerencia ha debido caer como un balde de agua fría sobre los sabios de la cancillería boliviana que creen tener la sartén por el mango ante el Tribunal Internacional, donde el nuevo delegado chileno, José Miguel Insulza, mueve cielo y tierra para evitar que sea la Corte la que le obligue a sentarse en una mesa de negociaciones.

Insulza, desde hace muchísimos años, es un enemigo declarado de Bolivia y como secretario general de la OEA maniobró durante 10 años para que se olvidara la gran resolución que tomó el organismo en su Asamblea General de La Paz en 1969. (Morales también ignora este hecho y reveló que pensó en retirar a Bolivia del organismo ¿?)

Como canciller chileno, Insulza se burló groseramente del ministro de Defensa boliviano Fernando Kieffer, al que en septiembre de 1998 le pidió ser "un poquito más responsable" tras considerar que estaba "un poquito más loco que de costumbre". Kieffer había alabado el izamiento de una bandera boliviana en el poblado de Taltal, al norte chileno.

La prueba de que la política exterior boliviana anda a la deriva es que la semana pasada Morales Aima alabó a Insulza al sostener que la OEA estaba mejor manejada por el chileno que por su actual secretario general, el uruguayo Luis Almagro, cuyo "delito" es pedir la vigencia de la democracia en Venezuela.

Morales le debe al chavismo el cargo y su alineamiento con el despótico régimen de Nicolás Maduro es explicable. Algún día se sabrá con cuántos millones de dólares el chavismo financió al gobierno de Morales, al punto que en los primeros años se ufanaba de no contar en el presupuesto general de la nación con un ítem destinado a los gastos reservados.

Si Morales estuviera bien aconsejado, jamás hubiera alabado a Insulza, pero con tal de mantenerse alineado al agónico Socialismo del Siglo XXI, parece que le importó un bledo alabar a quien justamente ahora trata de descarrilar la iniciativa boliviana ante la Corte Internacional de La Haya. ¡Una lástima!