Una final inédita de la Copa Mundial




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Viernes 9 de julio del 2010


UNA FINAL INEDITA DE LA COPA MUNDIAL

Por Hernán Maldonado

La última vez que Holanda estuvo en la final de una Copa Mundial fue el 25 de junio de 1978 en el estadio Monumental de River Plate en Buenos Aires. Seis horas antes del pitazo inicial no cabía ni un alfiler y de 71.483 gargantas el grito que hacía vibrar el cemento era ¡Argentina! Era un coro clamoroso dirigido al cielo encapotado.

En la atiborrada "tribuna de prensa" apenas alcancé a cruzar saludo con el compatriota y colega Johnny Zeballos. Entrecomillo lo de "tribuna" porque allí no había periodistas argentinos sino fanáticos. Tenía un teléfono directo con la oficina de la United Press International porque Herman Beals, jefe del equipo, dispuso que transmitiéramos el partido minuto a minuto.

Era una tortura dictar en medio del ruido pero no era ajeno a la experiencia porque en Bolivia, con la Corporación Deportiva Borelli pasé más de 10 años relatando partidos. El ruido se hizo infernal cuando a 8 minutos del final Argentina ganaba 1-0. Pero Dick Nanninga empató paralogizando a la multitud. Lo peor pudo ocurrir en el minuto 90 cuando el poste a la derecha de Ubaldo Fillol le negó el triunfo a Holanda tras un cañonazo de Bob Rensenbrink.

Comenzó el alargue de los 30 minutos y en el primer avance Mario Kempes entró en la inmortalidad. Parecía que sucumbiria el estadio. Daniel Bertoni a los 116 minutos puso el glorioso punto final y Argentina por primera vez en su historia se proclamaba campeón mundial. En la "tribuna" era zarandeado de un lado al otro y apenas pude salvar algunos de mis apuntes que tomé mientras dictaba.

Al otro lado escuché a Herman pidiéndome "lo más rápidamente posible" 450-500 palabras del "lead", es decir la crónica del partido. "Y luego vas a la rueda de prensa", ordenó. Es decir tenía menos de 10 minutos para dictar la crónica principal de un acontecimiento mundial. Hoy mismo no sé cómo lo hice. Lo único que recuerdo es que después escribí un "segundo lead" para ampliar el primero, incluyendo vestuarios, color, etc y el "overnighter", la crónica para diarios vespertinos.

Estaba exhausto cuando salí del estadio buscando mi movilidad. Unos jóvenes delirantes me rodearon y me exigieron que los siguiera en sus cánticos: "Argentina, Argentina y el que no salta es un holandés" gritaban en la fría noche invernal bonaerense. Cuando se pusieron cargosos les mentí: "Muchachos, déjenme en paz, voy a un velorio".

Han pasado 32 años de aquel día y Holanda está por tercera vez en una final. Muchos me han preguntado quién creo que será el campeón. Todos ellos saben, vía tweeter, que desde que empezó el torneo les dije que será España. Si acierto o no, les prometo decirles porqué tuve esa corazonada. De todos modos, el mundo tendrá un campeón que nunca antes alzó el trofeo.