La diplomacia del fútbol




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Domingo 21 de marzo del 2010


LA DIPLOMACIA DEL FUTBOL

Por Hernán Maldonado

Un "amigo" me bombardea con sus mensajes pidiéndome que escriba de fútbol. "Dedícate a lo que más sabes y olvídate de Evo (Morales) o de (Hugo) Chávez, porque van a gobernar inclusive cuando ya estés bajo tierra", me aconseja en su más reciente mensaje.

El "amigo" se ampara en el anonimato y no he querido bloquearlo porque no es de los que insulta y porque muchos de sus mensajes me causan risa. Deduzco que me conoce; quizás es un viejo colega. Obviamente simpatiza con los dictadorzuelos o aspirantes a serlo

En poco más de 10 años he escrito más de 1.000 artículos y no pasan de 20 los dedicados a temas deportivos. Yo mismo me sorprendo porque buena parte de mis 55 años los dediqué al periodismo deportivo, como reportero, relator radial y comentarista.

Fracasada la "diplomacia de los pueblos" que postuló Morales hace cuatro años, ha puesto en vigencia la "diplomacia del fútbol". En la asunción de Alan García prefirió perderse el banquete oficial para corretear por el gramado como un mozalbete.

El astuto Sebastián Piñera no pasó por alto la debilidad del "presidente futbolista" para incluir en su agenda de posesión una "pichanga" (un partidito informal de fútbol). El astro de Orinoca hasta metió un gol. Aplausos, felicitaciones. No estaba Michelle Bachelet para el besito.

Ahora Piñera se cobra la revancha y mete un gol de "dudosa factura", diría un entusiasta relator, al designar como cónsul a Jorge Canelas Ugalde paradojicamente un diplomático que hasta ayer nomás pensaba que "el mejor estado de nuestras relaciones con Bolivia es no tener relaciones". ¿Habrá aplausos o protestas?

Recuerdo que Morales se abrió paso al poder al grito de "ni una molécula de gas para Chile" armando la sanpablera con los vecinos de El Alto que hasta quemaron toneladas de mercaderias importadas de Chile. Pura demagogia. Apenas instalado en el poder tuvo que reconocer que con Chile no hay que pelear, sino dialogar y... hasta jugar fútbol al más alto nivel.

Con la famosa carta de intención de los 13 puntos, que supuestamente nos devolveria el mar, la señora Bachelet mantuvo entretenido al "presidente futbolista" y sus "diplomáticos". Hasta hubo un momento en que irresponsablemente La Paz anunció que el acuerdo de nuestro regreso al mar estaba a la vuelta de la esquina.

Como no trascendió nada de esas charlas, lo único claro es que Bachelet mareó la perdiz. Mientras los"futbolistas" se esmeraban con el "juego", Chile ya estaba listo a adueñarse también de manera definitiva de las aguas del Silala, hecho que fue frenado por la opinión pública potosina, por lo menos por ahora.

¡Claro! Cada 23 de marzo, como siempre ha ocurrido, seguiremos rasgándonos las vestiduras, gritando insultos contra los chilenos y escuchando a nuestros máximos dirigentes, ahora más que nunca, proclamando teorias sin sustento diplomático.

La única y triste realidad es que el dueño de la pelota y de la cancha es Chile y el señor Piñera sólo quiere pichanguitas, ningún partido en serio. Por eso es que manda a La Paz a alguien que no cree en las relaciones con Bolivia. ¿Lo entenderá el presidente futbolista y su equipo?