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Viernes 29 de junio 2012


DEMAGOGIA AL POR MAYOR

Por Hernán Maldonado

La demagogia se desparramó últimamente como lluvia de verano por la América morena y sólo la curiosidad de saber cuándo acabará toda esta estupidez parece mantenernos en pie.

El vicepresidente de Bolivia, Alvaro García Linera, que hasta estuvo encarcelado acusado de terrorismo, ahora es el campeón de la "democracia". Se olvidó de que siempre andaba "con el fusil bajo el poncho".

Sin sonrojarse fustiga a un periodista por supuestamente herir los sentimientos de los movimientos sociales sacralizados por el régimen de Evo Morales, pero no le duele que la policía gasifique a los indígenas del TIPNIS, ¿o éstos son de segunda categoría?

Pide a la Fiscalía investigar a unos policías amotinados a los que acusa de orquestar un golpe de Estado y no abre la boca cuando estos "subversivos" dialogan con los ministros para hallar un acuerdo.

García Linera reivindica el principio de autoridad pero guarda silencio del acuerdo que incluye una clausula según la cual los amotinados no serán enjuiciados por los graves desmanes en que incurrieron.

La ministra de Comunicación Amanda Dávila, con lágrimas en los ojos, afirma que Morales fue insultado gravemente por los amotinados y que el presidente sufre estoicamente las afrentas.

El mismo día, Vicente Echerri, un columnista que escribe en varios diarios latinoamericanos, recuerda que Morales sin empacho alguno festejaba frases carnavaleras, como aquella que le atribuía "tener un gran corazón porque a sus ministras les saca el calzón".

En Paraguay, el presidente Fernando Lugo fue destituido y, aunque a regañadientes, aceptó la decisión del Senado. El canciller venezolano, Nicolás Maduro, en grosero intervencionismo, alebrestó inútilmente a los militares paraguayos para desconocer la destitución.

El petrodictador Hugo Chávez comparó el caso Lugo con el de Manuel Zelaya en Honduras, sin considerar que el paraguayo nunca fue obligado por los militares a dejar su país en pijamas.

El ecuatoriano Rafael Correa hizo coro con Chávez e instó a Lugo a resistir. El paraguayo se envalentonó, aunque sabía que estaba irreversiblemente fuera del poder.

La brasileña Dilma Rousseff, tras un impulsivo lapsus linguae, fue recapacitada por Itamaraty y las cosas empezaron a cambiar.

Finalmente, el propio Lugo pidió que no se bloquee al nuevo gobierno, algo que con fruición estaban tramando los países de la ALBA. Se quedaron colgados de la brocha Morales, Correa, Chávez, Daniel Ortega, etc.

¡Ah! Y lo más hilarante no podía faltar. Cuba anunció que no reconocerá a gobiernos que no sean elegidos por el voto popular. ¿A Raúl Castro no lo eligió su hermano Fidel?

Lo mismo debía decirse del "apoyo a la democracia" que hicieron estos días en sus visitas a Caracas el último dictador de Europa, Alexander Lukashenko, y el impresentable sátrapa iraní, Mohammad Ajmadinejad.

El bielorruso espera que dentro de cinco años el "pueblo venezolano estará alabando a Chávez como a Dios". Quizás se lo tomó muy a pecho la grotesca afirmación del petrodictador ante unos 2.500 militares: "El que no es chavista, no es venezolano".

...Lo que hay oír y ver estos días en esta parte del mundo.