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Martes 21 de marzo del 2006

(Recuerdos de viaje)

LA PAZ Y LA CULTURA DEL BLOQUEO

Por Hernán Maldonado

Recuerdos de viaje
La Paz y la cultura del bloqueo
Copacabana: Abundante cosecha
Una joyita llamada Potosi
Uyuni y su mar de sal
Sucre la señorial
Cochamba, tierra que nadie iguala
Evo "globeado" en Oruro
Los Yungas de los cocales
Tarija, la Capital de la Sonrisa
La calle Sagárnaga tiene las mismas aceras. Los "mochileros" salen y entran de los locales donde se venden pasajes a Sorata, los Yungas, al Salar de Uyuni, al Cusco, a Macchu Picchu. Por doquier cuelgan ponchos tejidos a mano y plateria. Todavía se ve hombres con su tradicional cajoncito ofreciendo helados Frigo,"de palito".

En la ciudad que se ufana de ser "la tumba de tiranos" nada parece cambiar. Pero si hay cambios. Creció la propiedad horizontal. Los hermosos cerros de antaño están tapados por urbanizaciones caóticas. Son las laderas. El comercio hormiga es impresionante. La Pérez Velasco es poco menos que intransitable hasta el Cementerio.

En la plaza San Francisco, centro de las manifestaciones políticas desde la época de la Unidad Popular, el gentío es permanente. Me pregunto ¿qué hacen esas personas allí? ¿Será acaso una muestra de la desocupación en Bolivia?

También el clima cambió. No me acuerdo en los 30 años que viví allí ver gente en mangas de camisa a las 12 del día, sofocándose con 22 grados centígrados en un mes de febrero. Tampoco recuerdo granizadas tan seguidas con el consecuente desbordamiento de ríos y quebradas.

Las plazas están bien cuidadas. Ahora da gusto pasear por el Montículo, la plaza Abaroa, el Triangular, el Prado, la avenida Bush, etc. La iniciativa privada ha hecho florecer precarios baños públicos (y algunas duchas) y la maloliente ciudad va quedando atrás, aunque todavía falta.

La hoyada y El Alto muestran decenas de miles de inmuebles con las fachadas por terminar. Quizás caso único en el mundo. Me informan que es una artimaña de sus propietarios para evadir los impuestos.

Me imagino como mejoraria la ciudad si se obligara a pintar las casas, a revocar de estuco o cemento sus paredes de ladrillo. Por años habría mano de obra por emplear, nacerian decenas de fábricas de pinturas, aumentarian su personal las ferreterias, carpinterias, los fabricantes de cemento, etc. Y el Estado cobraria los impuestos correspondientes.

Y claro, si de impuestos se trata, ese ejército de comerciantes informales, muchos de los cuales manejan millones, y que pueblan las laderas, deberían ser obligados a cumplir con el fisco. Esa sería una verdadera revolución fiscal. ¿Se atreverá Evo Morales?

El caos vehicular hace única a La Paz y sus alrededores. Desde Senkata al terminal de autobuses se demora lo que de La Paz a Caracollo. Es difícil saber si la gente que deambula en El Alto va a un lugar específico. Lo cierto es que en cada cambio de semáforo una multitud pasa de una esquina a la otra.

Ese caos apenas se ve en la zona sur. Esa es otra La Paz, la de los "encorbatados", muchos de los cuales ahora mascullan su arrepentimiento, por haber votado por el MAS.

Ir o volver de la zona sur cuesta por el elevado tránsito vehicular. Los que cada vez validan la entrada de los "chutos" deberían convencerse de que nos estamos quedando sin calles.

Pero nada es comparable al caos en el centro de la ciudad, cuando a alguien se le ocurre un bloqueo. Además de los "vivas", los "abajos" y los dinamitazos, los choferes se suman al coro con sus bocinas. Nadie va atrás ni para delante. Es la cultura del bloqueo en La Paz.

Una señora con su bolsa de mercado protesta en voz alta: "¡Miechica!, yo creí que votando por Evo se iban a acabar los bloqueos..." Pobrecita. Quizás recién están comenzando.

Mañana: Copacabana: Abundante cosecha





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