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Miércoles 22 de marzo del 2006

(Recuerdos de viaje)

COPACABANA: ABUNDANTE COSECHA

Por Hernán Maldonado

Recuerdos de viaje
La Paz y la cultura del bloqueo
Copacabana: Abundante cosecha
Una joyita llamada Potosi
Uyuni y su mar de sal
Sucre la señorial
Cochamba, tierra que nadie iguala
Evo "globeado" en Oruro
Los Yungas de los cocales
Tarija, la Capital de la Sonrisa
En San Benito cochabambino éste año "sólo" se ha cosechado poco más de 20 toneladas de durazno y la tradición indica, según la prensa, que cuando eso ocurre, en Bolivia hay abundancia de papa y habas. Otra veces ocurre a la inversa.

Mientras mi autobús recorre el altiplano veo a los costados incontables hectáreas de sembradios de papa y habas. Desde El Alto a Tiquina, pasando por Huatajata donde parece estar lo mejor, todo hace ver que este año está garantizado el suministro de estos artículos, en todos sus derivados.

Recuerdo las veces que hice este camino a pie en mi devoción a la Virgen de Copacabana. Solía emplear una hora para cinco kilómetros entre la Ceja de El Alto y el Río Seco. Ahora es una sola avenida. Mi autobús casi emplea lo mismo con un voceador que invita a más pasajeros, aunque ya tenemos a gente sentada hasta en el pasillo.

El paso del estrecho de Tiquina, en lanchas y lanchones a motor, es el mismo de hace medio siglo. Una novedad: la Fuerza Naval ya no pide identificaciones en las orillas. Simpre me pareció absurdo y mucho más si no estamos en Estado de Sitio.

El cruce sigue siendo precario. Es el triunfo de los lancheros sobre el progreso. Hace años una empresa se propuso construir un puente y cobrar peaje. Los lancheros amenazaron con ir "hasta las últimas consecuencias". Se quedaron con sus trabajos, nosotros sin puente.

La inmensa quebrada de Wacuyo está tachonada de centenares de hectáreas de papa y habas. Al entrar a Copacabana se ve lo mismo, pero también hay quínua y primorosos gladioles. La población ha experimentado pocos cambios, pero es notable la nueva hoteleria. Hay más electricidad y proliferan las agencias de viaje a Macchu Picchu, las giras turísticas a las islas del Sol y la Luna.

Lo que se llama la playa está atiborrada de "restaurantes" al aire libre donde el plato principal es la riquísima trucha en todas sus variedades, frita, a la plancha, al ajo, entomatada, etc. Lástima que las condiciones higiénicas no sean de las mejores. Ninguno de ellos cuenta con baños.

Me sorprendo ante la llegada de un autobús repleto de turistas japoneses. Ese el turismo que interesa al país. Los mochileros dejan sólo reales. Con todo, si no fuera por éstos Copacabana sería un pueblito languideciente sólo a la espera de las multitudes para los festejos del 2 de febrero y el 6 de agosto.

A tono con los tiempos que vive el país el franciscano que celebra la misa vespertina sujeta sus largos cabellos blancos con una bandana multicolor, su casulla tiene vivos tiahuanacotas, el cáliz y la patena son de madera. En la homilía habla de la opción por los pobres. Pensar que por menos que eso desterraron en los 70 a José Prats y mataron en los 80 a Luis Espinal...

"Somos MAS", reza un gran mensaje pintado en una pared lateral a la monumental iglesia de Copacabana.

(Mañana: Una joyita llamada Potosi)





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