Carlos Pozo Trigo




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Miércoles 16 de mayo 2012


CARLOS POZO TRIGO

Por Hernán Maldonado

No pude creerlo, pero me alegré de verlo. En Los Tiempos se publicó esta semana la foto de Carlos Pozo Trigo, junto con su hermano Guillermo, en el homenaje que le brindó la familia con motivo de su centésimo cumpleaños.

Un amigo que conocí casi en mi niñez y que con paciencia infinita certificó mis primeros pasos en el periodismo, cuando allá por 1955 fungía de Secretario General de la Asociación de Fútbol de La Paz.

Cuando don Julio Borelli consideró que podía servirle de reportero, me envió a cubrir la sesión de los lunes de la Primera B. La AFLP tenía entonces su sede en la esquina de las calles Yanacocha y Sucre.

"Todo lo que tienes que hacer es escuchar lo que digan, identificando a todos", recomendó don Julio entregándome una libreta y una lapicera.

Al regresar, yo le contaba a Horacio Corro todo lo que había escuchado, el informe de los encuentros jugados el sábado, el calendario de partidos próximos, los casos pasados al Tribunal de Penas, etc.

"Si tienes alguna duda le preguntas a don Carlos", recomendó don Julio. Y Eso es lo que yo hacía al terminar las sesiones para estar seguro de lo que le diría a Corro y él lo pusiera en blanco y negro.

Pasado un tiempo, don Julio me encargó hacer lo mismo los martes en la reunión de la Primera A, que antes los cubría Corro. Eran palabras mayores, el presidente era don Eduardo Saénz García.

Pozo Trigo, que actuaba como secretario de actas, siempre absolvía cualquier duda con enorme paciencia, inclusive cuando le planteaba preguntas estúpidas o de respuesta obvia.

Un día llevé una información sensible y don Julio me preguntó dos veces si yo estaba en lo correcto. Aún así llamó a Pozo Trigo para cerciorarse. Ese día, pienso hoy, nací como reportero.

En 1958 Presencia se convirtió en diario y en la sección deportes nos interesamos por los boys scouts, cuyo jefe nacional era Pozo Trigo. Nos llevó a Mallasa donde instaló un campamento y nos relató su labor.

Como periodista, en 57 años de ejercicio, son contadas las veces en que me he fotografiado con mis entrevistados. En aquél campamento fue la primera.

De su paso por la AFLP recuerdo la anécdota que muchos años después rememoraba. La de aquél Tesorero que, aduciendo que ya estaba en el cargo muchos años, tercamente anunció que no iría a la reelección. Contados los votos logró unanimidad. O sea que hasta él votó por sí mismo.

Después del campeonato sudamericano ganado por Bolivia en 1963 no lo volví a ver. Creo que allí terminó su relación con la AFLP, que ya tenía sede propia en la calle Juan de la Riva.

Estos últimos años, cada vez que voy a Umamanta y paso por Mallasa, me acuerdo de esa pequeña meseta, que ahora no existe, con sembradíos de choclos alrededor del campamento scout .

Nada es lo mismo. Es un pueblo pujante con un bonito parque. Pero también Pozo Trigo ha cambiado, pero no mucho. Mantiene los mismos lentes y la pequeña barba y bigote característicos en él. ¡Feliz cumpleaños, amigo!