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Miércoles 30 de septiembre de 1998


¿COMENZO A DOLERLE LA CABEZA A BRASIL?

Por Hernán Maldonado


Miami – Siempre se ha dicho que cuando la economía de Estados Unidos se resfría, el resto del mundo coge neumonía. En un plano más restringido podría decirse lo mismo de Brasil en relación con el subcontinente.

Por políticas que debieron aplicarse, que se concretaron a medias o que recién empiezan a pensarse, los brasileños están sintiendo los prolegómenos de una crisis económica colosal. La revista Time sostiene que la crisis rusa, comparada con la "verde-amarelha", será casi un chiste.

Un alerta general a la situación fue dada recientemente por el ex presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada, durante una entrevista en la cadena noticiosa norteamericana CNN.

El mismo Sánchez, ha llamado a las autoridades de Bolivia para que en la cumbre política a realizarse desde el 12 de octubre se analicen, por su carácter de urgencia, las posibles medidas para contrarrestar los efectos de una eventual crisis económica brasileña.

En esa cumbre deben pre-aprobarse por consenso una serie de disposiciones jurídicas, empezando por los ajustes a una nueva constitución política del estado.

Sánchez de Lozada cree que esos son los pilares de nuestra institucionalidad, pero que antes debíamos aprovechar esa cumbre para ver como está nuestro techo y protegernos del huracán que se está formando en nuestra frontera oriental.

Pero claro, como la sugerencia es de un "político opositor" en el actual gobierno nadie parece prestarle atención. Ni siquiera tras conocerse la semana pasada la advertencia de la Cámara de Minería mediana que reveló que 27 empresas han cerrado en el país como consecuencia de la lejana crisis asiática.

Las consecuencias serán diferentes y catastróficas si sucumbe Brasil. El viceministro de Agricultura, Walter Nuñez, declaró este martes en Santa Cruz que "debemos prepararnos para lo peor" e igualmente, como Sánchez de Lozada, pidió "analizar las políticas previsibles que puedan adoptarse".

El canciller Javier Murillo, en el discurso que pronunció este miércoles ante la Asamblea de las Naciones Unidas, aludió al sufrimiento causado por la crisis asiática y exhortó a "aumentar nuestras oraciones para que no ocurra nada cerca de nuestras fronteras, en los inmensos espacios que nos rodean".

Murillo destacó que los países "no sólo purgan sus propios errores sino que tienen que asumir el costo de las equivocaciones y descuidos de las políticas económicas de otros" y propugnó para que, así como "hemos globalizado la crisis, la pobreza y el desempleo, globalicemos también los compromisos para solucionarlos".

En el plano interno, sería bien que Murillo y Nuñez sumaran esfuerzos para que en la gran cumbre política que se avecina – como lo ha pedido el expresidente – antes que los pilares de la casa, reforcemos el techo que nos protegerá de alguna manera del temporal que se avecina.

Y ese temporal significa disminución de sueldos, congelamiento de salarios, aumento brutal del desempleo, paralización de las inversiones, disminución del gasto público, violencia social, etc.

Tiene razón Murillo, hay que "aumentar nuestras oraciones..."