Bolivia: Unos pocos opositores




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Domingo 12 de agosto 2012


"UNOS POCOS OPOSITORES..."

Por Hernán Maldonado

El presidente Evo Morales piensa que gobernará al menos hasta el 2025 porque sólo quedan “contados opositores, resabios del neoliberalismo, que protestan y protestan”.

Quizás entre ellos están los miles de indígenas de las tierras bajas que dramáticamente se oponen a la destrucción de su hábitat natural en el Parque Nacional Isiboro Sécure.

Aunque la actual Constitución prohíbe una segunda reelección, el caudillo lanzó su postulación en Sucre, la ciudad en la que murieron tres ciudadanos impugnando la irregular aprobación de esa ley.

Todas las encuestas muestran una sostenida baja en la popularidad de Morales. En La Paz, otrora su baluarte, una reciente muestra señala que más del 60% de los votantes no apoyará su reelección.

A Morales poco le importa porque cuenta con un aparato propagandístico impresionante copiado de la satrapía venezolana del teniente coronel Hugo Chávez.

La fortuna de Morales es que como nunca antes Bolivia se ha visto beneficiada por el colosal aumento de los precios de materias primas de exportación.

La discrecionalidad con que maneja fondos que no pasan por los controles estatales y que provienen de las arcas chavistas, le ha permitido también comprarse lealtades, hasta en las Fuerzas Armadas.

Ni en las peores épocas dictatoriales padecidas por Bolivia se había visto la incondicionalidad de los militares con un proyecto político. Es impresionante el silencio de los uniformados ante los ridículos oficialistas en la causa marítima boliviana.

La oposición está descabezada. La política fue judicializada y burlada la voluntad popular porque han sido presos, perseguidos o exiliados gobernadores de cinco de los 9 departamentos.

El único gobernador opositor es el de Santa Cruz, Rubén Costas, pero la espada de Damocles pende sobre su cabeza.

Quizás a esto es que se refiere Morales cuando afirma que le quedan “contados opositores”. Podría estar viendo las cosas desde las alturas de su soberbia. “Cuando yo estoy seguro, no puedo equivocarme”, afirmó.

En su discurso del pasado fin de semana en Potosí, Morales también explicó las razones por las que expulsó de su partido a su mentor político, el legendario dirigente minero Filemón Escobar.

Lo acusó de haber promovido en 1985 la elección de Víctor Paz Estenssoro como presidente (no existía todavía su partido) y por apoyar con su voto, en el Senado, una ley favorable a Estados Unidos.

Escobar fue casi un padre para Morales y de su mano pasó a ser de un oscuro secretario de deportes de los cocaleros a dirigente sindical, el diputado más votado en el Chapare y luego presidente.

Aunque han pasado algunos años, el distanciamiento entre ambos es enorme. Escobar trata a Morales como un “lockalla (muchacho) malcriado” y el pasado 1 de Mayo en un discurso en Cochabamba le amenazó con sacarlo a patadas de la presidencia.

A lo largo de la Historia hubo muchos que estaban seguros y sin embargo se equivocaron porque, como le gustaba repetir a Paz Estenssoro, Bolivia es el país donde lo posible es imposible y lo imposible se hace posible. Amanecerá y veremos.