Bolivia social media: Quería contar las estrellas




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Domingo 28 octubre del 2012


QUERIA CONTAR LAS ESTRELLAS

Por Hernán Maldonado

El vicepresidente Alvaro García Linera, que se considera a sí mismo como uno de los eruditos más notables de Bolivia, ha reconocido que se equivocó al pretender un control dictatorial sobre las redes sociales.

"Siempre estoy entrando a internet y voy anotando con nombre y apellido los nombres de las personas que le hacen insultos en Facebook y Twitter", al presidente Evo Morales, reveló García Linera.

Su aseveración de la semana pasada corrió como pólvora por las redes sociales y en menos de 48 horas, más de 6.8 millones de personas en el mundo se enteraron del insólito propósito. La mayoría seguramente se preguntaba ¿cómo lo hará?

García Linera, que al llegar hace 6 años al cargo se ufanó de haber leído unos 20.000 libros, reculó en pocas horas para admitir que su propósito de controlar las redes sociales es "imposible", porque sería como "colocarle fronteras al aire".

Lo que quedó claro es que García Linera no tiene idea de lo que son Facebook, Tuiter (en español), YouTube, etc. y que era una barrabasada intimidatoria su amenaza de anotar nombres y apellidos de los que insultan a Morales.

En Bolivia hay 1.8 millones de internautas y es una cifra minúscula a nivel mundial respecto a los usuarios de las redes sociales más populares y a las que acceden todo tipo de personas, desde el presidente Barack Obama hasta el más humilde Juan Perico de los Palotes, de Achacachi.

Los países dictatoriales tienen restringido a sus ciudadanos el uso de Internet y aun así hay quienes burlan esos controles, como la cubana Yoani Sánchez que en la medida de sus posibilidades informa al mundo de lo que ocurre en su país.

Irán creó en marzo pasado un Consejo Superior del Ciberespacio cuya misión principal es "desligar la red nacional de la red de Internet mundial" y promover la creación de "un ejército cibernético" para contrarrestar amenazas de los enemigos de su país.

El poder de las redes sociales va en aumento. Hace un mes centenares de miles salieron a las calles en varias ciudades argentinas a protestar contra la presidente Cristina Kirchner. No obedecieron a llamados de partidos políticos, sino a convocatorias en Facebook y Tuiter.

La Organización de las Naciones Unidas ha mostrado también interés en cierto control para contrarrestar las amenazas terroristas. En esto se apoya el diputado oficialista boliviano Lucio Marca al sugerir que el control debe surgir de un acuerdo multinacional.

Pero, obviamente, en la ONU a nadie se le ocurrirá establecer controles para librar a un presidente, cualquiera que sea, de los insultos de los usuarios porque para eso están las leyes de cada país que castigan las injurias, calumnias, etc.

Además, si se prohibiera la libertad de expresión en las redes, la gente hallaría, como el agua, cauces por los cuales desbordarse. El propio García Linera lo comprobó recientemente cuando el grupo de "Mujeres Creando", pintó consignas en las paredes de sus oficinas.