Tierra Lejana-- Página de Hernán Maldonado




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Domingo 18 de enero del 2009


A PONERSE LAS ALPARGATAS

Por Hernán Maldonado

A la luz de los anuncios de la entrante Secretaria de Estado del "imperio", Hillary Clinton, sobre las políticas de Washington ante los gobiernos de Caracas y La Paz, habría que recordar lo que los venezolanos dicen ante la perspectiva de tiempos difíciles: "A ponerse las alpargatas, porque lo que viene es joropo", que equivaldria a decir en boliviano: "Amarrarse las abarcas, porque lo que viene es cueca".

Estados Unidos estrena esta semana al primer presidente negro de su historia. Un revés sonoro al petrodictador Hugo Chávez quien hasta hace un año creía que jamás esto ocurriría en la primera democracia del mundo. El caudillo está incrédulo porque Barack Obama eligió a su rival electoral para dirigir el Departamento de Estado y porque mantiene en sus cargos a otros altos funcionarios, como el Secretario de Defensa.

Chávez y su émulo Evo Morales quizás esperaban que, como en sus gobiernos, Obama echaría a la calle a miles de empleados públicos, a todos los embajadores o que empezara a pasar facturas a "la colonización blanca". Talvez albergaban la peregrina idea de que Obama desbandaria a la Corte Suprema, se estrellara contra la Iglesia, la prensa o culpara al gobierno anterior o a la gran empresa privada de la brutal crisis financiera que agobia actualmente a los estadounidenses.

Como Chávez ni Morales entienden como funciona Estados Unidos a nivel institucional creyeron que al salir George W. Bush de la presidencia, Obama les abriria los brazos por tratarse de un Presidente que proviene de las minorias y tiene orígenes humildes y que, como ellos, habla de cambios.

Chávez ingenuamente movió cielo y tierra para ser invitado al acto de posesión, pero alzó los brazos luego de que Obama se refirió la semana pasada a él como "una fuerza que ha interrumpido el avance de la región". Chávez, dolido, le respondió: "Este país se respeta, señor Obama", y pronosticó groseramente: "Con Obama viene la misma miasma, por no decir otra palabra". Recordó pues las palabrotas y ofensas que en estos 10 años ha dirigido a Estados Unidos, al punto de haber expulsado a su embajador. "Por lo que dice Obama, sólo nos queda seguir la lucha contra el imperialismo, sea blanco o negro", dijo resignado. Pero, claro, Chávez seguirá vendiéndole petróleo al odiado "imperio", dado que con esos dólares es que se mantiene en el poder y busca eternizarse.

Clinton, por su parte, prometió "una diplomacia firme y directa con Venezuela y Bolivia... en respuesta al trafico de temor propagado por Chávez y Morales". Washington exigirá a ambos claridad, consistencia y lealtad en materia de "antiterrorismo, antinarcóticos, energía y comercio". Es decir que Chávez y Morales deberán decidirse si están con las FARC, Hezbollah y Hamas o con el mundo libre, si renuncian al fomento del narcotráfico y hacen volver a la DEA, si Caracas se confirma como seguro abastecedor de crudo a la costa Este y si resuelven mantener y profundizar sus tradicionales vínculos comerciales bilaterales.

Luiz Inacio Lula da Silva les sugirió sutilmente a Chávez y Morales la semana pasada que se dediquen a gobernar para todos sus ciudadanos en lugar de tratar de resolver los problemas del mundo solidarizándose con extremistas como el presidente iraní Mahmud Ahmadineyad, los talibanes árabes o convocando a la formación de una nueva OEA y al entierro de las Naciones Unidas. El hermano Lula fungió pues de verdadero "pater familiae" antes de que empiece el baile.





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