Tierra Lejana-- Página de Hernán Maldonado




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Domingo 8 de marzo del 2009


LA AGONIA INTERMINABLE

Por Hernán Maldonado

Cuando uno camina por las calles de La Habana tiene la certidumbre de que el reloj del tiempo se detuvo en los años 50. Parece un milagro que todavía rueden vehículos que en Estados Unidos costarian miles de dólares como piezas de museo. Edificios señoriales de otros tiempos se convirtieron en conventillos donde se apretujan familias. La pintura desapareció. Los vidrios rotos de las ventanas no han sido reemplazados en décadas.

"Es una ciudad envejecida; se cae a pedacitos", le dije a mi viejo amigo Mario Figueredo cuando me preguntó qué me había parecido la capital cubana. De esto hace ya 17 años, pero todo sigue igual o peor, según puedo ver en documentales que clandestinamente se filman y se divulgan en Miami, llamada también "la capital del exilio cubano".

Por supuesto que también sigue igual y peor la dictadura castrista, como lo prueba el reciente remezón en la cúpula gubernante. Como el régimen no especifica las razones de la abrupta salida del canciller Pablo Pérez Roque y del secretario del Consejo de Ministros, Carlos Lage, acusados por Fidel Castro de conductas "indignas", los "expertos" (basándose en casos análogos) especulan sobre lo que está pasando en Cuba.

Entre esos expertos, la mayoria altos ex miembros del gobierno cubano y funcionarios de inteligencia que desertaron y viven ahora en Miami, la opinión coincidente es que el castrismo (Fidel y Raúl) resolvió endurecerse ante propuestas de apertura política que habrían insinuado Pérez Roque y Lage.

La conformación del nuevo gabinete con hombres de la vieja guardia también señalaria la decisión castrista de alistar un futuro transpaso gubernamental de manos de Raúl al estamento militar, el cual ya en gran medida maneja todo el aspecto económico de la isla. Significa, asimismo, que los civiles formados por los Castro en estas últimas décadas, sólo mostrando una lealtad perruna podrán seguir teniendo vigencia, al menos mientras vivan los hermanos.

Pérez Roque y Lage en recientes años fueron la imagen y palabra de Cuba en el exterior. Improbable que por sus "conductas indignas" sean llevados a tribunales. Cuba pagó caro el juzgamiento en los 80 del general Arnaldo Ochoa y sus cómplices, acusados de narcotráfico y otros delitos. Les podría esperar la "operación piyama", es decir quedar alejados de toda función pública y política, como les ocurrió en el pasado a otros defenestrados, como el ex canciller Roberto Robaina, actualmente dedicado a pintar y vender clandestinamente sus cuadros... en Miami.

¿Qué pasará en Cuba? Nada. Todo seguirá igual por lo menos hasta que la ley natural acabe con los Castro, el mayor de los cuales vive una agonia interminable, con paréntesis que le permiten fotografiarse con presidentes latinoamericanos que peregrinan vergonzosamente a La Habana o para escribir unas "reflexiones", algunas de las cuales hacen dudar de su integridad mental. La terca realidad es que Fidel insiste en seguir vivo. O quizás... ni la muerte lo quiere.

En Miami, donde todo lo relacionado con Cuba es desayuno, almuerzo y comida, el que más y el que menos se convierte en "experto" en vaticinios. Permítanme la osadía. Los cambios en Cuba empezarán tras la era de los Castro. Y en ese amanecer poco o nada tendrán que hacer o ver los que salieron huyendo de la isla, olvidando que la tradición en Latinoamérica ha sido que los dictadores huyan y no los pueblos.





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